En el suroeste de la provincia de Badajoz se encuentra esta bella ciudad extremeña, nudo de comunicaciones entre Andalucía y Portugal.
Sus orígenes se remontan a la legendaria Segeda romana. En la época medieval la ciudad de Zafra se sitúa en la línea fronteriza entre los reinos de taifas de Badajoz y Sevilla. Tras un primer intento de reconquista por parte de Alfonso IX, la ciudad pasa a manos castellanas en 1241 con el rey Fernando III. El momento cumbre de la historia de Zafra llega en 1394 cuando Enrique III dona la ciudad a Gomes I Suárez de Figueroa.
Plaza Grande
El segundo titular de la villa, Lorenzo II Suárez de Figueroa, hace de Zafra el centro del Señorío de Feria. En el S. XVII, el Ducado de Feria fue anexionado por el Marquesado de Priego y posteriormente quedó integrado en el Ducado de Medinaceli.
Soportales de la Plaza Grande
Dos de los emblemas de Zafra son sus afamadas plazas: La Plaza Grande y la Plaza Chica.
En la Plaza Grande, de dimensiones colosales, el viajero puede descansar a la sombra de las palmeras o de sus soportales en los días calurosos de esta tierra de Extremadura.
En la Plaza Chica, antiguo mercado, se encuentra una vara de medir en uno de sus pilares, que usaban los comerciantes.
Plaza Chica
Otro monumento destacado de Zafra es el Alcázar Palacio de los Duques de Feria, del S. XV y ampliado en el S. XVII, destacando el patio central de mármol. Actualmente alberga el Parador de Turismo.
El viajero puede perderse por el casco histórico, por bellos rincones como la Callejita del Clavel, la calle Sevilla, el Arquillo del Pan, el Arco de Jerez y el Arco del Cubo, sin olvidar la Colegiata de la Candelaria, la Capilla de San José o el Convento de Santa Clara.
Alcázar Palacio de los Duques de Feria
En Zafra se puede degustar el jamón ibérico de Extremadura, el revuelto de espárragos trigueros, las aceitunas «machás», la lengua estofada, las ancas de rana o el gazpacho. Para acompañar los caldos de la zona como son los vinos de D. O. Ribera del Guadiana.
Para descansar el Parador Nacional Duques de Feria, en pleno centro histórico, nos devuelve a la Edad Media entre sus paredes.
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