Entre bosques de castaños y robles se alza la villa de Candelario, cercana a la salmantina Sierra de Béjar, destacando su arquitectura popular que la convierten en un pueblo lleno de encanto.
Ermita del Santo Cristo del Refugio
A la entrada de la población nos encontramos con la Ermita del Santo Cristo del Refugio, o del Humilladero, obra del S. XVIII. Destaca en su interior el retablo de madera con la imagen del Cristo o la talla de San Vicente.
Calle típica con regadera
La arquitectura popular de Candelario está condicionada por la orografía del terreno con empinadas calles y la vinculación a la industria chacinera.
Casa chacinera
Las casas están construidas con amplios muros de piedra, de más de dos plantas, con tejados de anchos aleros para protegerse de la lluvia y la nieve, y galerías de madera para favorecer el secado del embutido.
Batipuerta
Otro elemento característico es la «batipuerta», una especie de media puerta que sirve para empujar la nieve hacia afuera cuando se acumula e impide la entrada de animales.
Batipuerta
De ahí el refranero popular que dice, «En Candelario, con la batipuerta, las casas siempre están cerradas y siempre abiertas».
Calle con regadera
Otra particularidad de Candelario son las «regaderas», es decir los canalillos que llevan el agua procedente del deshielo de la sierra, de ahí otro refrán que dice, «El agua de los neveros, por las calles de Candelario son riachuelos».
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
En la parte más elevada de la población se levanta la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, con mezcla de estilos desde el rómanico al barroco, pasado por el gótico mudéjar.
En la fachada destaca el rosetón de tracería gótica y en la puerta lateral arquivoltada, las armas de los Zuñiga, duques de Béjar y señores de la villa.
Puente medieval
En la salida hacia la serranía encontramos el viejo Puente Medieval, de un sólo arco.
Fuente de la Cruz de Piedra
Otra peculariedad en Candelario son las numerosas fuentes a lo largo de las calles y plazas de la localidad, de donde emana el agua fría y transparente de las montañas.
Fuente de Perales
Entre las fuentes más conocidas tenemos la Fuente de la Hormiga, la de la Cruz de Piedra, la del Arrabal, la de Perales, la de las Ánimas o la de Lapachares.
Fuente de la Hormiga
Llegó a tener Candelario hasta 103 fábricas de embutidos, que elaboraban el chorizo, el chorizo blanco y las longanizas. Tal era la fama de la industria chacinera que se decía que «En Candelario atan los perros con longaniza».
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
En los mesones del pueblo se puede degustar, además de los embutidos, las patatas revolconas, las costillas al horno, el calderillo bejerano o las setas en temporada. Todo ello se puede acompañar con los Vinos de la Sierra de Salamanca, unos desconocidos para la mayoría de los aficionados a la enología.
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