En el norte de la provincia de Castellón se encuentra Morella, la capital de la comarca denominada «Els Ports – Maestrat», que con su silueta medieval impacta al viajero desde la lejanía, con su castillo en lo más alto del cerro donde se asienta y las murallas rodeando la villa. Es para mí, la ciudad más bella de mi «País Valencià».
Morella
Los ilercavones lucharon unas veces a favor de los cartagineses, y otras a favor de los romanos, hasta que sufrieron la romanización pasando a formar parte de la provincia Tarraconensis. Tras la dominación fugaz visigoda, Morella alcanzaría su esplendor en la Edad Media.
Tras la dominación bereber, Morella sería liberada por las tropas del rey Jaume I El Conqueridor, a las ordenes de Blasco de Alagón, en el año 1232.
Portal de Sant Miquel
Las murallas de Morella tienen un perímetro de 2’5 Km. con 10 torres defensivas y 7 puertas de acceso a la ciudad: el Portal de Sant Miquel, el Portal del Rei, el Portal de Forcall, el Portal dels Estudis, el Portal de Sant Mateu, el Portal de la Nevera y la Porta Ferrisa.
Por la Porta Ferrisa entró a la villa el caballero Blasco de Alagón al tomarla a los musulmanes, mientras que por el Portal del Rei, hizo su entrada triunfal Jaume I El Conqueridor.
Portal del Rei Jaume I El Conqueridor
Las obras de la actual muralla se iniciaron en el S. XIV por el «mestre de murs» Aparisi Joan, terminándose en el S. XV. La altura oscila entre 10 y 15 metros y la anchura de los muros es de 2 metros.
Uno de los hechos históricos de Morella se dió en 1414, previo al Compromiso de Caspe, reuniéndose en la Arciprestal de Santa María, el rey Fernando I de Aragón, fray Vicente Ferrer y el Papa Benedicto XIII, más conocido como Papa Luna.
Portal de Sant Mateu
El acueducto de Santa Lucía es otra de las señas de identidad de la Morella medieval, con sus arcos ojivales góticos, que enmarcan la silueta morellana, bajando el Puerto de Torre Miró. Fue construido en 1318 para llevar el agua de las fuentes del Aljub y de Vinatxos a la Font Vella de Morella.
Acueducto Medieval
Frente al Portal de Sant Miquel se levanta una preciosa cruz de término, de estilo gótico, denominada «Creu de les tres testes coronades» (cruz de las tres cabezas coronadas), obra de Antoni Sancho, y que conmemora la visita del rey Fernando I, el Papa Luna y Sant Vicent Ferrer.
«Creu de les tres testes coronades»
Más tardía es la cruz que preside el final de la Cuesta dels Colomer, junto a la Basílica Arciprestal de Santa María, una de las joyas de Morella.
Cruz de la Cuesta dels Colomer
La Basílica Arciprestal de Santa María la Mayor fue construida entre 1265 y 1343, siendo consagrada para el culto en 1318 con la presencia del rey Jaume II El Just, siendo una de las obras cumbres del gótico catalán.
Debido a la presencia de la ladera del cerro del castillo, la basílica tiene la particularidad de contar con dos puertas en el mismo lado, una junto a la otra, denominadas Puerta de los Apóstoles (S. XIV) y Puerta de las Virgenes (S. XV).
Puerta de las Virgenes y Puerta de los Apóstoles
La Puerta de los Apóstoles destaca por las figuras del apostolado en sus jambas. En el friso del tímpano se representa escenas de la vida de María, situandose a la derecha un rosetón gótico por donde penetra la luz.
Puerta de los Apóstoles
En la parte superior del tímpano se representa la Coronación de la Vírgen La portada se encuentra entre dos pilastras de hornacinas con esculturas posteriores de época renacentista.
Detalle de la Puerta de los Apóstoles
La puerta de madera está adornada por herrajes mudéjares y esta datada en el S. XV. En el interior destaca la escalera de caracol de acceso al coro, el Pórtico de la Gloria y el altar mayor churrigeresco.
Detalle de la puerta
La Puerta de las Virgenes está dedicada a Santa Ursula, destacando las figuras femeninas de las jambas. El campanario situado en la cabecera tiene forma de gran espadaña. El órgano barroco fue construido en 1717, obra de Francisco Torrull.
Puerta de las Virgenes
El Convento de Sant Francesc fue construido en 1272, con una iglesia de acceso a través de un atrio con tres grandes arcos ojivales, de una sola nave que culmina en el ábside de gran altura.
Ábside del Convento de Sant Francesc
Los restos del claustro gótico son de gran belleza con sus columnas y arcos, que dejan a la vista del viajero, el imponente Castillo de Morella.
Claustro del Convento de Sant Francesc
En el interior de la Sala Capitular destaca la pintura al fresco del S. XV que representa la «Danza de la Muerte».
«Danza de la Muerte»
Una de las fortalezas más imponentes del medievo es el Castillo de Morella, plagado de batallas en la Edad Media, la Guerra de Sucesión o las Guerras Carlistas.
A la muerte de Fernando VII, estalló la guerra entre los partidarios de su hermano, Don Carlos y los de la reina madre María Cristina. El General Ramón Cabrera, conocido como «El tigre del Maestrazgo» conquistó Morella el 26 de enero de 1838.
Monumento al General Cabrera en el Castillo de Morella
Como curiosidad, resaltar la existencia de unos retretes al vuelo, junto a la denominada Torre de la Pardala, por donde entraron las tropas carlistas. El General Cabrera fue derrotado por el General Espartero el 30 de mayo de 1840, por lo que este recibió el título de Duque de Morella.
Castillo de Morella
Desde las alturas del castillo se contempla una panorámica extraordinaria de la comarca y de la población, rodeada por sus murallas, situándose la Plaza de Armas a 1.070 m. de altitud.
Morella desde el Castillo
Otros edificios destacables del casco histórico son la Casa de la Vila, ubicada en un palacio gótico que alberga la Sala del Consell, la Corte del Justicia y la Lonja, y los numerosos palacetes góticos, como la Casa del Cardenal Ram, la Casa de los Rovira, la Casa de los Ciurana de Quadres o la Casa del Marqués de Cruilles.
Leyenda del milagro de Sant Vicent Ferrer
Durante su estancia en Morella en 1414, Sant Vicent Ferrer obró el milagro de la resurreción de un niño que había sido descuartizado y guisado por su madre en obsequio al santo….¡que cada uno saque sus conclusiones!.
A la hora de reponer energías, se puede optar por tapear los productos típicos de Morella a lo largo de la calle porticada de Blasco de Alagón, en la que destaca la Casa de Pere Adell, donde degustar las croquetas morellanas, el ternasco, la sinfonía de setas silvestres o la olla del Maestrat, tomando de postre la cuajada morellana de leche de oveja o el típico «flaó» relleno de almendras y requesón.
Para los más sibaritas, recomiendo el Restaurante Daluan, donde degustar el carpaccio de trufa blanca con aceite de oliva farga, la sopa morellana o el taco de foie gras con Pedro Ximénez con croqueta de manzana. Los postres deliciosos como el carpaccio de piña con crema catalana o el crujiente de higos con brandy trufado.
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