En la comarca abulense de «La Moraña» encontramos la Villa de Arévalo, tierra de frontera en la Edad media entre cristianos y mulsumanes, a orillas del Adaja y del Arevalillo, que vierten sus aguas al Duero.
Castillo de Arévalo
En la confluencia de dichos ríos, se levanta el Castillo de Arévalo (S. XV), de planta pentagonal, sobresaliendo la Torre del Homenaje. Álvaro de Zúñiga mandó construir la fortaleza en 1470, sobre otro del que se conserva una puerta mudéjar.
Muralla del Castillo
Como consecuencia de su situación, en la llamada Extremadura Castellana, la villa contó con la presencia de muchos musulmanes, que dejaron su influencia posterior en edificios civiles y religiosos, por lo que Arévalo se conoce como la «Ciudad del Mudéjar».
Hacia el 1082, bajo el reinado de Alfonso VI, las tierras de Arévalo fueron repobladas por cristianos, comenzando el esplendor medieval, con la construcción de iglesias y conventos.
Iglesia de Santa María la Mayor
De la fusión de las dos culturas nace el arte mudéjar, cuyo máximo exponente es la Iglesia de Santa María la Mayor, de una sola nave y en la que destaca su imponente ábside, con tres órdenes de arquerías ciegas, de ladrillo rojizo.
Ábside de Santa María la Mayor
La torre mudéjar de la iglesia está perforada en su base, por donde discurre la calle de Santa María, por donde el viajero puede pasear entre paredes cargadas de historia.
Torre y Arco de Santa María
La Iglesia de San Martín, destaca por sus dos torres mudéjares, conocidas como las «Torres Gemelas», y en ella se conjugan el románico, el mudéjar y el renacimiento.
Iglesia de San Martín, con las Torres Gemelas
Las Torres Gemelas son la Torre de los Ajedreces y la Torre Nueva. La Torre de los Ajedreces es la de la cabecera, y se denomina así por la decoración a modo de tableros de ajedrez. La Torre Nueva, del S. XII, posee dos ventanales por lado del campanario.
Torre de los Ajedreces
La Iglesia de San Juan Bautista, del S. XV, posee restos mudéjares en su ábside, destacando en su interior, el Retablo Mayor de estilo barroco.
Casa de los Sexmos
En la Plaza Real, se encuentra la Casa de los Sexmos, donde se reunían los «sexmeros» que administraban los bienes comunales de los pueblos y villas de la Extremadura Castellana.
El plato típico, por excelencia, es el tostón asado, que se puede degustar en cualquiera de los lugares de la Asociación Arevalense de Hostelería. Como buen maridaje los Vinos de la Tierra de Castilla y León.
Seguro que disfrutaste con esta visita a Arévalo, porque el paseo por sus calles es muy interesante y porque se come de maravilla. Hay un momento que me gustaría coincidir algún día para sacar fotos, y es cuando anochece, porque encienden las luces de todas las torres del pueblo (que no son pocas) y es una vista espectacular.
Hacía tiempo que no paraba en Arévalo, me ha gustado ver tu reportaje, Ramón.
Saludos,
Sólo con ver las fotos te ves en la Edad Media, entre calles estrechas y paredes de ladrillo mudéjar. Sólo falta poder oler, a través del P.C., el aroma del tostón de Arévalo, la cuna de tan sabroso manjar.
Y como no, esas «Torres Gemelas», mucho más bonitas que las tristemente desaparecidas de N.Y.
Cuando estaba estudiando en Salamanca tenía dos opciones de AutoRes, por Avila o por Arévalo. En ambos sitios paraba el autobús justo para un café. Después he visitado muchas veces Avila pero no conozco Arévalo. Cuando vaya por Salamanca otra vez voy a intentar una visita pues tu reportaje promete.
Un poco viejo el pueblo pero mola.
Precioso! Nunca he estado por Ávila pero ya veo que me pierdo bastante. Me han encantado el castillo y esas iglesias románicas.
Saludos
Qué bonito!! ¿has dicho tostón? hay que probarlo.
saludos
Precioso pueblo e intereantes edificios. Ha sido un buen «paseo» virtual el que nos muestras.
Un abrazo
Y si pasáis por Arévalo algún fin de semana de julio podréis visitar el castillo pro dentro ( gratis) y una exposición d esculturas de hierro reciclado, donde ademas de las esculturas podréis ver las piezas de que están hechas, (braseros, rejas de arados, tomas de fuerza….variadas)
[…] la pequeña Isabel correteaba por las calles de Arévalo, pocos podían imaginar que se convertiría en una de las reinas más importantes de la historia de […]
Estuve en las Edades del Gombre y realmente fué una experiencia mística. La maravillosa exposición en ese magnífico entorno que es Arévalo a la par que su insuperable gastronomía dejó en mi una huella imborrable. Enhorabuena por tan magnífico blog! también descubrí Bonilla de la SIerra gracias al reportaje aquí expuesto y no dejo de sorprenderme todavía del magnífico retiro de el mísmisimo Tostao! Bravo.
Corroboro que es un gran lugar y en el que además, se come muy bien.
Tiene su encanto para pasar un fin de semana romántico.