Sin lugar a dudas, la localidad zaragozana de Cariñena es conocida por sus vinos elaborados fundamentalmente a partir de la uva garnacha.
En la base de la Sierra de Algairén se encuentra Cariñena, de esplendor pasado que fue arrasada en el S. XIV en la Guerra de los Pedros, siendo Pedro I el Cruel quien destruyó la población.
Viñedos de Cariñena
No obstante, la villa todavía conserva parte de su legado histórico, destacando por encima del caserío la silueta de la torre campanario de la Iglesia de Nª Sra. de la Asunción.
La antigua colegiata fue destruida en 1363 por las tropas castellanas, y sobre sus ruinas se levanto el templo barroco en el S. XVII. La planta es basilical con tres naves y ocho capillas entre los contrafuertes.
Iglesia de Nª Sra. de la Asunción
Adosada a la iglesia encontramos la torre campanario de estilo gótico levantino, edificada en el S. XIV, de planta octogonal y escalera de caracol en su interior.
Torre campanario
De las murallas de la villa sólo se conserva el Torreón de las Monjas, de planta rectangular rematado por una estructura octogonal.
Plaza de la Iglesia
En el centro de la población encontramos el edificio del Ayuntamiento de estilo renacentista, y frente a él la Fuente de la Mora por donde emana vino durante las fiestas patronales.
El Ayuntamiento fue construido en el S. XVI y preside la Plaza Mayor. El primer cuerpo apoya sobre columnas toscanas con arcos de medio punto. Sobre él una galería duplica el número de vanos, mientras un alero artesano remata la estructura. Más arriba encontramos una típica galería aragonesa.
Ayuntamiento
La Fuente de la Mora tiene una estructura circular decorada con patos. En el centro una escultura femenina porta frutos y flores en su cabeza. La Fiesta de la Vendimia de Cariñena data de 1585, cuando Felipe II visitó la villa.
Entre viñedos encontramos la Ermita de la Virgen de la Laguna, de estilo barroco e influencia mudéjar, aunque se comenzó a construir en el S. XV.
Fuente de la Mora
En los aledaños de la Iglesia de Nª Sra. de la Asunción encontramos el Restaurante La Rebotica, donde el viajero puede degustar desde una fritada aragonesa con migas de bonito hasta un tronco de ternasco con arándanos, pasando por unas carrilleras.
Restaurante La Rebotica
Para acompañar los contundentes platos aragoneses, son apropiados los vinos con D.O. Cariñena hacen un maridaje perfecto, con la garnacha como principal protagonista.
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