En la comarca de Sobrarbe oscense, a los pies de los Pirineos ,y en la confluencia de los ríos Ara y Cinca, se encuentra la villa de Aínsa, sobre un promontorio.
Plaza Mayor
La villa está conformada por dos calles ascendentes, casi paralelas, la calle Mayor y la Calle Santa Cruz, que confluyen en la preciosa Plaza Mayor, encontrándose el Castillo a continuación de la misma.
Río Ara
El Castillo de Aínsa (Siglo XI), construido sobre los restos de uno árabe, formaba parte de la línea defensiva de los territorios cristianos.
El rey Alfonso I El Batallador en 1124 otorgó la Carta Puebla a la villa, bajo los beneficios del fuero de Jaca.
Plaza Mayor
En el Castillo se conservan pocos restos del pasado románico, siendo lo más destacable la Torre del Tenente (pentagonal), el gran Patio de Armas y el Portalón que da acceso a la Plaza Mayor.
El aspecto actual responde a la fortificación de Felipe II (Siglo XVII), siguiendo los criterios de la Ciudadela de Jaca.
Iglesia de Santa María
En el centro del casco histórico se encuentra la Iglesia de Santa María, románica, de los Siglos XI y XII, con una sencilla puerta de acceso de cuatro arquivoltas. Lo más destacable es la torre campanario con diseño de fortaleza con sus saeteras defensivas.
Calle Mayor
La arquitectura popular destaca por sus casas de piedra, destacando algunas de ellas, del Siglo XVI como la Casa Arnal o la Casa de Bielsa.
A las afueras de la villa se encuentra la Cruz Cubierta (1655), encontrándose en su interior la carrasca coronada con la cruz que conmemora la reconquista de Aínsa, en el lugar donde según la leyenda de «La Morisma» se libró la batalla.
Plaza Mayor
La Plaza Mayor de planta trapezoidal, se caracteriza por sus porches laterales, con sus arcos de medio punto y ojivales, en perfecta armonía, pese a ser cada uno diferente al otro.
Plaza Mayor
Bajo los soportales hay dos prensas comunales de vino que utilizaban los vecinos del pueblo para obtener el mosto de las cosechas de uvas.
Iglesia de Santa María y Plaza Mayor
Entre los platos típicos de Aínsa destacamos la ensalada de patata, cebolla y arenques, los productos de la matanza (longaniza y chorizo), la caracolada, el cordero a la brasa o los productos micológicos en temporada otoñal.
Se pueden degustar los vinos locales del Sobrarbe, sobre todo en las fiestas del Punchacubas.
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