Peñalba de Santiago se encuentra en la comarca de Valdueza, a una altitud de 1.100 metros, próximo al Pico Morredero y al Pico Cabeza de la Yegua, en pleno corazón de El Bierzo leonés.

El conjunto urbano es un ejemplo de la arquitectura rural de El Bierzo en buen estado de conservación, por lo que su conjunto histórico – artístico, hace que sea uno de los pueblos más bonitos del país.

La Iglesia de Santiago de Peñalba es una joya de la arquitectura mozárabe del Siglo X.
Fue construida por el abad Salomón, concretamente en el reinado de Ramiro II que hizo múltiples donaciones a la iglesia y al monasterio de la localidad. Entre ellas estuvo la llamada Cruz de Peñalba, actualmente símbolo de la comarca de El Bierzo.

Se trata de una iglesia con planta en cruz latina, con dos capillas en los brazos de la cruz, y dos ábsides, en la cabecera y en el pie de la cruz.
Destacan los bellos arcos en herradura de la puerta de entrada, de estilo mozárabe.

Las casas de Peñalba de Santiago, construidas con piedra pizarra, suelen ser de planta rectangular resultante de la evolución de la vivienda castreña.

El conjunto de Peñalba de Santiago es un conjunto de casas apiñadas alrededor de la iglesia, en el centro de un paraje natural y silencioso que todo lo envuelve, ya que estamos en en Valle del Silencio.

Las casas tienen dos plantas, la inferior, para cuadras, bodega y almacén de aperos de labranza, y la superior, dedicada a vivienda. Un elemento en esta segunda planta es la solana o corredor, siempre de madera y en voladizo.

Destaca la «Casa de los Diezmos» donde era guardada la décima parte de las cosechas con la que cada vecino debía contribuir al sostenimiento de la iglesia de Astorga.

Cerca de la población se encuentra la Cueva de San Genadio, donde el obispo de Astorga, tras renunciar a su cargo se retiró para continuar su ascetismo hasta su muerte en pleno Valle del Silencio.

La gastronomía local se basa en los productos de la comarca con la manzana reineta, las castañas, los pimientos asados, la pera conferencia y en especial, el botillo.
Los vinos con D. O. El Bierzo, con la tinta mencía y la blanca modelo, maridan con la gastronomía local.
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