El relieve del municipio corresponde con el extremo soriano de la Meseta Norte, a los pies del Moncayo, coincidente con la zona central del Sistema Ibérico. El río Del Val , afluente del Queiles, atraviesa la localidad soriana.
Fue antiguo castro celta y romano, pero los primeros testimonios documentados se remontan a la época califal del siglo X.
Fue el rey de Aragón Alfonso I el Batallador (1073-1134), quien, en 1119 la reconquistara a los árabes, con un ejército de aragoneses y cruzados franceses que habían participado en la toma de Zaragoza el 18 de diciembre de 1118, y para cuya conquista el papa Gelasio II había convocado una cruzada.
En 1135, después de la muerte del rey aragonés, la Villa fue anexionada por el rey Alfonso VII de León y Castilla (1105-1157) a este reino y repoblada con gentes castellanas de la serranía de Soria.
Ágreda gozó de un fuero propio durante toda la Edad Media, otorgado por el rey Alfonso X (1221-1284) el 27 de marzo de 1260.
Ágreda fue el escenario de bodas reales y pactos. En la villa tuvo lugar en 1221 el matrimonio del rey Jaime I el Conquistador (1208-1276), con Leonor de Castilla. También, se acordó en el año 1304 los límites territoriales de la Corona de Aragón y el Reino de Castilla mediante el «Tratado de Ágreda».
Entre las edificaciones religiosas Ágreda cuenta con un rico patrimonio destacando la iglesia de San Miguel (románico gótica), la iglesia de la Virgen De la Peña (románica) y la iglesia de San Juan (gótica).
El Palacio de los Castejón (Siglo XVII) destaca por su patio y su jardín renacentista.
Como ciudad fortificada guarda restos de lienzo de murallas y torres cristianas, así como puertas árabes, destacando la Torre del Rollo, el Torreón de la Muela, el Arco Califal y la Puerta Árabe del Agua.
Entre los platos típicos de Ágreda encontramos el «langarto» que es una masa de pan con dos tipos de relleno, sardinas o picadillo. El «cardo rojo» es otro de los productos estrella, además de la caldereta de conejo, congrio seco, costilla de cerdo y caracoles.
Los vinos D. O. Ribera de Duero – Soria son buena opción para acompañar dichos platos.
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