Garrovillas de Alconétar se ubica en el norte de la penillanura trujillano cacereña, junto a la orilla izquierda del río Tajo, cerca de su confluencia con el río Almonte.
Para cruzar el Tajo se construyó en época romana el Puente de Alconétar, de importancia estratégica por pasar la Vía de la Plata, y en cuyo lugar los árabes formaron un asentamiento (Al Qantarat).
El asentamiento fue reconquistado en 1166 por el rey Fernando II de León, quien lo cedió a la Orden del Temple. En 1222 los musulmanes destruyeron el puente para dificultar el acceso del rey Alfonso IX de León a Cáceres.
Los vecinos de Alconétar se trasladaron a la aldea de Garro, más tarde denominada «Garrovillas», que a partir del siglo XV pasó a ser la villa capital de los Condes de Alba de Liste.
La iglesia de Santa María de la Consolación se encuentra en el centro del casco antiguo, datada en el siglo XVI y de estilo gótico tardío.
La iglesia de San Pedro en el norte de la localidad es la más antigua de las dos iglesias parroquiales, combinando elementos románicos y góticos (siglo XV).
El Convento de San Antonio fue fundado en 1476 por la Orden Franciscana que lo ocuparon hasta 1835 (desamortización de Mendizábal.
La Plaza Mayor es la joya de Garrovillas de Alconétar, declarada Monumento Histórico Artístico interés nacional con sus 4000 metros cuadrados, siendo una de las doce Plazas Mayores más grandes del territorio nacional.
La Plaza Mayor se construyó en los siglos XV y XVI, con un conjunto de casas porticadas, en su mayoría de dos plantas, con soportales de granito y arquerías de ladrillo.
Está compuesta por 65 arcos, con columnas torcidas en algunos tramos, como consecuencia del terremoto de Lisboa de 1755. Las casas más antiguas góticas tienen influencia mudéjar.
El Palacio de los Condes de Alba de Liste, de estilo renacentista, se encuentra en uno de los lados de la Plaza Mayor, reconvertido en Hospedería de Extremadura, con el nombre de «Puente de Alconétar».
En la gastronomía local destaca la chanfaina, el frite, la ensalada de morujas, las tencas, el escabeche o las migas, así como las quesadillas (rellenas de almendra y huevo) o los «cagajones» (un tipo de mantecado).
Los vinos extremeños con D. O. Ribera del Guadiana acompañan los platos de esta bella villa cacereña.
Comentarios recientes