Villanueva de los Infantes se encuentra en el centro geográfico del Campo de Montiel (Ciudad Real), albergando uno de los centros monumentales del Renacimiento y Barroco más preciosos de La Mancha.
El poblamiento de Villanueva de los Infantes parece derivar de la confluencia de las poblaciones medievales de La Moraleja, Jamila y el Castillo de Peñaflor.
La Moraleja triplicó en población a Montiel y, por esa razón, el maestre de Santiago e infante de Aragón, Don Enrique, vio necesario hacer a la villa independiente, concediéndole jurisdicción y sello propios, el 10 de febrero de 1421.
En agradecimiento hacia él y sus hermanos (los Infantes de Aragón D. Alonso, D. Juan y D. Pedro) La Moraleja cambió su nombre y pasó a llamarse Villanueva de los Infantes.
Fue declarada Conjunto Histórico Artístico y en 2004 considerada «El lugar de la Mancha» de Don Quijote por un equipo de la Universidad Complutense.
La Plaza Mayor está presidida por la Iglesia de San Andrés con su fachada de estilo clasicista herreriano, con un arco de medio punto que cobija la imagen de San Andrés y el escudo de los Austrias, debida a Francisco Cano.
En el interior se aprecia una sola nave de estilo gótico dividida en tramos cubiertos por bóvedas de crucería. Destaca el púlpito, obra plateresca del siglo XVI, así como las portadas norte y oeste realizadas por Francisco Luna, suegro de Andrés de Vandelvira.
En la cripta de la capilla de los Bustos fue enterrado Francisco de Quevedo y Villegas en 1645. La iglesia se completa con el Museo de Santo Tomás de Villanueva y el órgano victoriano más grande de España.
La Alhóndiga es un edificio del Siglo XVI destinado a casa de contratación, siendo cárcel en 1719. En su patio interior se aprecian las inscripciones de los presos en sus columnas.
La Casa del Arco es un edificio neoclásico del Siglo XVII con un portal de piedra con columnas jónicas y un gran arco que recuerda la fachada neoclásica de San Andrés.
En el Convento de Santo Domingo se conserva la celda donde falleció Francisco de Quevedo y Villegas el 8 de septiembre de 1645.
La Casa de Rueda del Siglo XVII es un ejemplo de casa solariega manchega con su patio interior típico.
La Casa del Caballero del Verde Gabán es la que inspira a Cervantes para describirla en el capítulo XVIII de la segunda parte del Quijote.
La Casa Cuartel de los Caballeros de Santiago posee una leyenda que dice “Casa del Insigne e Real Convento de Uclés Cabeza del Orden de Santiago”. Destaca su portada adintelada y almohadillada.
La Casa de los Estudios con su precioso patio con pilares es un antiguo colegio menor donde impartió sus enseñanzas Bartolomé Jiménez Patón, insigne gramático, maestro de Humanidades y Retórica, que fue amigo de Francisco de Quevedo.
Otros monumentos de Villanueva de los Infantes son el Palacio de Melgarejo, la Casa de la Pirra, el Palacio de los Ballesteros o la Casa de Don Manolito.
En sus alrededores destaca el Santuario de Nuestra Señora de la Antigua, el Puente Romano y el yacimiento de Jamila.
La gastronomía local se basa en la caza menor, desde la perdiz en escabeche a la liebre con arroz, sin olvidar los platos típicos manchegos como las migas, las gachas, los galianos o los duelos y quebrantos.
Entre los dulces destacan los enaceitados, mantecados y los famosos «alfonsinos», que toman su nombre del rey Alfonso XIII.
Los vinos D. O. La Mancha del Campo de Montiel son perfectos para degustar su gastronomía.
Comentarios recientes