Montoro (Córdoba)

24 12 2018

El casco urbano se ubica en la zona de contacto de Sierra Morena con la campiña, emplazado sobre un promontorio en el interior del meandro encajado que aquí forma el río Guadalquivir.

Vista de Montoro y el río Guadalquivir

Como núcleo urbano se especula con la posibilidad de que fuese una fundación de los colonizadores griegos, quienes la habrían denominado Aypora o Eipora.

En el Llanete de los Moros, se encuentra un núcleo ibero donde las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz estructuras arquitectónicas y ajuares funerarios, actualmente expuestos en el Museo Arqueológico Provincial de Córdoba.

Montoro

A finales del siglo III a. C., Epora se ve inmersa en la Segunda Guerra Púnica, que la llevará a firmar un foedus con la República Romana en torno al 206 a. C.; junto con Gades, será una de las civitas foederata de la Bética, lo cual da muestra de su importancia, en especial hacia finales del siglo I a. C. 

Calle de Montoro

El establecimiento de godos en el monte contiguo a Épora desde el siglo VI provocó el nacimiento del topónimo Montoro («Monte de los Godos»).

Tras el período visigodo y musulmán, la ciudad es conquistada definitivamente por el rey cristiano Fernando III el Santo el día de San Bartolomé.

Iglesia de San Bartolomé

La Iglesia de San Bartolomé constituye una de las obras más significativas del estilo arquitectónico de transición entre el gótico y el Renacimiento en la provincia de Córdoba.

Se inició a finales del siglo XV y se terminó a lo largo del siglo XVI. Sobresale su fachada principal, en la que se aprecia la convivencia del estilo gótico ojival, en su etapa tardía, y los inicios del plateresco. 

Iglesia de San Bartolomé

La portada principal, que, concebida en un gótico tardío de finales del siglo XV y comienzos del siglo XVI, se encuentra retranqueada y es de dos cuerpos: El primero, adintelado, con el marco de motivo de galleta, flanqueado por columnas adosadas y superpuestas, cuyos capiteles decorados soportan las esculturas de los Santos Bartolomé y Santiago.

Sobre el dintel de la puerta arranca el segundo cuerpo, formado por un friso con decoración de cuadrilóbulos que soporta un arco de medio punto de remate a modo de frontón, decorado con elementos de hojarasca de estilo gótico. Entre el panel lobulado y el arco se abre una ventana adintelada, de época posterior, flanqueada por dos escudos de armas, de los patronos y titulares de la iglesia y de su fundador. Sobre el arco, y coronando el conjunto, la escultura de la Virgen del Rosario, copatrona de la ciudad de Montoro.

Calle de Montoto

La nave central, más alta que las laterales, está cubierta de un rico artesonado mudéjar con tirantas y labores estrelladas de lazo. Las naves laterales se cubren con bóvedas de crucería.

Otra iglesia destacable es la Iglesia del Carmen (Siglo XVIII) de estilo barroco.

Iglesia del Carmen

Su base económica es el cultivo del olivar, con varias almazaras que producen un aceite de alta calidad. Estos olivares ocupan más del 80 % de la superficie agrícola del municipio. También se dan otros cultivos en su zona de campiña como los cereales. Otras industrias de menor dimensión pero de raigambre e incluso fama, son la fabricación de mazapanes, la artesanía en cuero y la forja artística.

Calle de Montoro

Otros monumentos de interés son la Torre del Castillo de Villaverde, la Casa de las Tercias, la iglesia de Santa María de la Mota, la iglesia de San Juan de Letrán, la ermita de Nuestra Señora de Gracia, la ermita de Santa Ana y el Puente Medieval sobre el Guadalquivir o «Puente de las Doncellas».

Ermita de Santa Ana

Es también una zona de gran valor fauní­stico y cinegético y ganadero. A Montoro por la belleza del meandro que envuelve al pueblo, se le conoce también como el Toledo Andaluz.

Panorámica de Montoro

Entre los platos típicos de Montoro se encuentran los faisanes ( variedad de seta ), el ajo sopeao, las papas en coña, las vinagreras, la carne de monte, todo ello cocinado con el rico aceite de oliva de la Sierra Montoreña. La gastronomía de esta ciudad va íntimamente ligada a su riqueza cinegética, pues en sus cotos se encuentran en abundancia especies como el jabalí, el ciervo, el conejo o la perdiz. 

Los vinos de la D. O. Montilla – Moriles acompañan los ricos platos de la gastronomía local.