En la comarca alicantina del Vinalopó se encuentra la localidad de La Romana, inmersa en un paisaje típico mediterráneo entre viñedos, granados, algarrobos, almendros y olivos, apartada del turismo masivo de la cercana Costa Blanca.
El nombre de La Romana es de orígen árabe, del término «Al-Rûman», que significa «los granados». La población pertenecía a la baronía de Novelda en 1449 y parte de su territorio estuvo poblado por moriscos hasta su expulsión en 1609. En el año 1749 se fundó el Marquesado de La Romana con la familia de los Maza de Lizana, descendientes de los barones de Novelda. En el año 1929 se segregó jurídicamente de Novelda.
Iglesia de Sant Pere
La iglesia de San Pedro con su torre cuadrada preside la población siendo un simbolo del pueblo sus campanas conocidas como «las voces de Dios, pregoneras de alegría, de fiesta y también de duelo».
Como bien da a conocer el ilustre romanero D. Ricardo Jover Mira, los volteos y toques más tradicionales son los siguientes: «entierro general», «mortichol o albaet» (fallecimiento de un bebé), «a rebato» (ante una catástrofe), «toque de almas» (Todos los Santos), «Eucaristía del Jueves Santo», «toque de alba», «toque del ángelus» (mediodía) y el de las «fiestas patronales» con repique general de campanas.
La Carrasca de La Romana
En las afueras de la población se encuentra La Carrasca de La Romana, una de las encinas mayores de la Comunitat Valenciana, situada a escasos metros de la rambla. La edad estimada es de 800 años y sus dimensiones más llamativas son: perímetro basal (4’8 metros), diámetro basal (1’5 metros), altura (26 metros) y diámetro de copa (28 metros).
La economía local se basa en las canteras de mármol de sus montañas, la uva de mesa del Vinalopó, los olivos y los almendros. Las fiestas patronales de «Moros i Cristians» se celebran en el mes de agosto.
Los alredededores de la población invitan al senderismo entre las sierras de Las Pedrizas, Reclot y Algayat, estando salpicado el paisaje por preciosas casas rurales.
Casa rural La Romaneta
Tras las rutas senderistas el viajero puede reponer fuerzas en «Cá Cantó» con la degustación de los platos típicos de la comarca: arroz con conejo y caracoles, arroz caldoso, gazpacho alicantino, gacha miga, los «ajos», la sopa de «giraboix» o las típicas pelotas de carne denominadas «fasegures».
Todo ello se puede regar con los buenos caldos de la zona con D. O. Alicante de la Bodega Cooperativa de La Romana. Para el postre recomiendo una copa de vino Fondonet de L’Algenya .
El merecido relax se encuentra en el magnífico Hotel Spa La Romana que ocupa el espacio de una antigua masía rehabilitada en la partida Casa Azorín de la localidad. Muchas son las actividades programadas desde el hotel como senderismo, cicloturismo, rutas a caballo, escuela de conducción de todo terreno, parapente, viajes en globo y golf en las instalaciones cercanas de Alenda Golf.
A mi en particular, además de correr y andar por los preciosos caminos del entorno, me gusta practicar el juego autóctono de «la melona».
Quien sabe si algún día el juego de «la melona» entrará a formar parte de los Juegos Olímpicos.
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